Aguas frías, azules y profundas, un océano infinito, bahías, acantilados y cabos son algunas de las
imágenes que se capturan a lo largo y a lo ancho de la costa de la Península
Valdés. En una lejanía inmensa, una estepa patagónica dura y árida, como diría
alguien local, en esta tierra no se puede sembrar nada porque nada se
desarrolla a excepción de la vegetación adaptada a condiciones de escasa
humedad y fuertes vientos, es decir, condiciones extremas. Arbustos de pequeña
altura, plantas que soportan condiciones extremas con hojas duras que
proporcionan cierta protección al suelo evitando la mayor erosión.
La península Valdés, lleva su nombre por su gran caleta, conocida como Caleta Valdés y según el diario de
Juan Gutiérrez de la Concha, se dio su nombre a esta región, en honor al Excmo.
D. Antonio Valdés, Ministro de Marina y protector de una expedición alrededor
del mundo llevada a cabo por el científico y navegante español, Don Alejandro
Malaspina, al servicio de la corona española, entre 1789 y 1794.
La fundación de Madryn, fue el 28 de julio de 1865, cuando llegaron a sus costas 150 galeses en el
"Velero Mimosa", denominando al puerto natural en el que desembarcaron "Puerto Madryn", en referencia a Love Jones Parry, que
era el "Barón de Madryn" en Gales.
Hemos llegado desde Buenos Aires, en las líneas aéreas argentinas, tras dos
horas de vuelo. Nos recibió, alguien, un guía taxista en Trelew con la
intención de llevarnos a nuestro Hotel en Puerto Madryn. Pero, tras una
conversación y acuerdo económico, pretendíamos que nos llevara como anticipo,
ya, a nuestro primer contacto con la realidad de nuestra visita, Punta Tombo.
Unos pasajeros patagones, que viajaban con nosotros, en asientos contiguos, nos
habían aconsejado ir a Tombo, nos encontraríamos allí con la mayor colonia de pingüinos
de Magallanes soñada, centenas de miles de ellos. Punta Tombo, está
geográficamente situada en el paraje de la Provincia de Chubut, a unos 110 km.
aproximadamente al sur de la ciudad de Trelew y a unos 170 km. al sur de la
ciudad de Puerto Madryn. Así que iríamos para satisfacer nuestros deseos de
encontrarnos de inmediato con esta naturaleza patagónica, no estaba previsto,
pues iríamos siguiendo otras rutas al norte de Puerto Madryn. Mereció la pena,
y nos encontramos atravesando, como llaman ellos, esas carreteras de ripio
terribles, no nos importaba mucho, el interés de lo que nos espera, lo
compensaba todo, pero nos sorprendió y nos contaron algunas historias de
intereses de los señores latifundistas locales para no masificar el cruce de
sus propiedades. Pero resulto que en muchos lugares del país ocurre lo mismo.
Punta Tombo, es una estrecha y pedregosa franja de playas que penetra en el mar en unos kms, el paisaje que
ofrece es de una grandeza conmovedora. La inmensa aridez patagónica en su
encuentro con el océano se despliega poderosa en una inabarcable visión de
familias de pingüinos de Magallanes, que asombra y encoge por su dramática
expresión, ante un viento persistente, que a pesar del día soleado derriba cualquier
idea de sentirse cómodos, pero la emoción del momento y tanta grandeza
faunística y natural te dejaba pasmado, muchas son las valoraciones posibles,
no quiero agrandar la realidad, que por sí misma se manifiesta.


Los acantilados de pronunciado declive y verticalidad, seguro que se prolongaran en la plataforma marina. Es una costa en permanente proceso de avance pues está constituida mayormente por materiales blandos, sedimentos marinos, que permite un rápido proceso erosivo en cada marea y su embate sobre los acantilados, que acontece en forma casi continúa por cientos de kilómetros. Afloran rocas de carácter
volcánico que forman los accidentes costeros, rompiendo la monotonía de los barrancos, los numerosos cabos, hondonadas y picachos.
La Península de Valdés es un suceso orográfico importante de la costa patagónica, está unida al continente
por un estrecho alargamiento o lengua de tierra que la une con el continente, de unos 5 km de ancho y que separa las aguas de los golfos que acordonan la península: el San José al norte y el Nuevo al sur. Esta península, continúa
presentando acantilados en muchos lugares, playas en otros dónde destacan las playas pedregosas formando terraplenes que constantemente modifican las mareas, son las preferidas por los elefantes marinos para su asentamiento.
Como rasgo particular en la Caleta Valdés, protegida por grandes bancos de piedrecillas pulidas de material volcánico,
avistamos más pingüinos de Magallanes, estos más cómodos y lucidos en una
cantidad menor, algunos miles de ellos.
También llegamos a Punta Norte espectacular las colonias bulliciosas de leones marinos en constante
movimiento, se les escucha haciendo variedad de sonidos que se asemejan a un instrumento
de viento, otros a berreas, e incluso balidos. Todo ese ajetreo de los machos,
siempre en defensa inquieta de sus harenes y el dominio territorial. Estos son
los preliminares de un destino sugestivo y sorprendente para los amantes de la
naturaleza, la aventura, el desafío y atracción por estos territorios
recónditos. En otra zona más apartada de playas de la Caleta avistamos un grupo
de elefantes marinos que subían y bajaban los bancos de piedrecillas pulidas de
la playa, con su pesado espesor anatómico sin comprender bien su motivación,
que seguramente les activaba.
Un punto de exploración para que el ojo humano advierta profundamente su
motivación curiosa y solícita sin perderse ningún detalle de estas variedades faunísticas tan exóticas para
nosotros. Un paraíso para entusiastas de la fauna austral. Recorrimos todos los
caminos, vallados, para que no se pueda invadir su espacio natural marino,
tampoco las playas.
Sorprende la gran superficie que atravesamos por caminos de ripio, campos esteparios enormes vallados estricta
y regularmente, donde se pueden avistar familias de guanacos asilvestrados, ñandúes y alguna mara, liebre patagónica muy curiosa, en las costaneras de tierra. Alguna vez durante kilómetros, avistamos alguna Estancia con unos grupos
de ovejas y corderos patagónicos. Estas Estancias son propietarias de decenas
de miles de hectáreas, con centenares de miles de cabezas de ganado, viene a
corresponder una hectárea por cabeza de ovino.
Algunas hierbas y pastos cumplen su
ciclo vital en una temporada, brotan con los primeros calores a principios de
primavera, si las lluvias los acompañan, crecen, florecen y, fructifican hacia
fines de la estación terminando su ciclo.
El grupo más importante es el de los coirones y pastos perennes, perduran por años formando
mata, acumulan nutrientes y permanecen latentes cuando las temperaturas son muy
bajas o en verano cuando el agua escasea, reducen al mínimo sus necesidades
nutricionales y aprovechan los golpes de agua y buena temperatura para
desarrollarse. Estos constituyen una importante fuente de forraje para el
ganado. Los coirones son pastos importantes, con el pasto hebra y cebadilla
patagónica en la dieta de los ovinos. También los arbustos y subarbustos tienen
gran importancia y por último las hierbas. A su vez, los pastizales están
poblados por especies vegetales no apetecidas y tóxicas para el ganado que el
animal selecciona en función de su calidad.


La actividad principal de la poca población es la empresa ALUAR (Aluminio Argentino)porque la ubicación de la ciudad favorecía
las exportaciones e importaciones que se realizan vía marítima. La empresa
brinda empleo a más de 1700 personas y es la única productora de aluminio
primario en el país y la más grande de Sudamérica. Provee a la totalidad del
mercado interno y exporta un 80% de su producción. Puede entenderse que esta
industria es la que movería todo el desarrollo de la zona. Ahora existe una
preocupación entre los ciudadanos madrynenses sobre el cuidado que se debe
tomar a la hora del impacto ambiental para un desarrollo de este tipo de
industria, teniendo cuenta que Puerto Madryn ha conseguido posicionarse como un
destino del turismo ecológico.
La ciudad de Puerto Madryn cuenta con dos muelles: el
muelle Almirante Storni, acondicionado como puerto mineralero que sirve para
abastecer a ALUAR(Aluminio Argentino) y el Luis Piedra Buena, antiguo muelle
pesquero que fue acondicionado para recibir a los cruceros con pasajeros de
distintas partes del mundo. La industria pesquera y ganadera disminuye con el creciente auge del turismo, tendencia prioritaria.
No era época de cortejo y cría de la ballena austral, estando ausentes los cetáceos, hicimos un recorrido
por la Península Valdés para completar el itinerario y llegar a Puerto
Pirámides una pequeña población turística de la gente local, buscando una alternativa
a su población, y otro interés es la pesca deportiva o el avistamiento de
ballenas. Aquí cumplimos el primer ciclo de tres días, el cuarto volveríamos a Trelew y tomaríamos un avión para
trasladarnos a Ushuaia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario