Las relaciones humanas son especialmente delicadas, complejas y
extrañas, si no vienen de una aptitud libre y amable, solemos rechazarlas porque no hay esa afinidad y cohesión que necesitamos.
Cada cosa, o pensamiento, que incide en ellas, hacen plantearnos lo que
sentimos, y sopesamos la situación, eso hace que se necesite empatía y alguna
generosidad para no enredarnos. Una relación imposible, es cuando conoces a
alguien, conectas por un tiempo porque hubo una atracción o un incentivo tanto
físico o emocional. Pero según ha ido pasando el tiempo, sientes que no eres comprendido,
menos evidenciado, en la propia y actual disposición, entonces hay un deterioro.
En este momento, depende de la voluntad de los intervientes en la relación
si hay una voluntad concreta de aceptar la realidad, o interés favorable de
comprender lo transitorias que son las relaciones, sino, te distancias
enfurruñada e indignada.
Habrá quién vea esto desde otra posición, es normal, pero lo que más impide
las relaciones es la pereza y el interés frustrado de encontrar la motivación
inicial si ya no existe.
No sé si los hombres y las mujeres lo vemos de diferente forma, pero de lo
que estoy seguro, es que lo mejor es dejar que las aguas vayan por su cauce y
todo se calme para no equivocarse demasiado y acabar mal o muy mal.
Otra posibilidad es simplemente no hacer nada para estropear lo positivo
que pudo haber en una amistad.
Cada intento que hacemos para acercarnos a alguien, es un gesto de
generosidad, una curiosidad, una afinidad posible y probable, un azar, un
intento de ponernos a prueba con alguien, en esa ligazón que tenemos los seres
humanos, pero cada uno solemos tener una intención distinta. Cosa que se
descubre con el tiempo.
La realidad, siempre nos sorprende y nos enseña la capacidad que tenemos
para ser accesibles, relacionarnos y ser sociales. A veces viajamos tras una
ilusión… ¿por qué tenemos que pensar que eso es negativo? hay que apreciar por dónde
nos conducen nuestras relaciones, en ellas disfrutamos de los mejores instantes
y momentos estupendos, que recordaremos siempre. Los celos, es un arma de
destrucción masiva de los mejores precedentes íntimos y afectuosos…, que ahora
no son posibles por alguna razón que no nos pertenece o sí, pero no
controlamos.
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