miércoles, 5 de mayo de 2021

Los conceptos, lo que sabemos y lo que hacemos...

Mirando con un poco de perspectiva y, tras una reflexión apacible y serena creo poder decir que las personas que ya se fueron, familiares y amistades, me dejaron  un mensaje y una certeza que yo también me iré y no supere su pérdida tan valiosa. Las cosas nunca fueron mejores en el pasado y sí que fueron importantes para mí porque con todas ellas aprendí algo y me ayudaron a ser mejor seguramente. Ahora todo es aparentemente distinto y algo ha cambiado, son los hábitos y costumbres que me cuesta asimilar, está claro. Si, pero quiero ser claro, la juventud del pasado no reflejábamos las mismas actitudes pero no era porque nuestros valores fueran mejores que las actuales, sino que estábamos más reprimidos, más temerosos de los castigos que nos infringían y, quizá, éramos más ignorantes, sufríamos también tantos reproches, que nos desconcertaban y no sólo eso, las correcciones de los adultos y las penurias o restricciones económicas eran mayores, poca veces teníamos dinero y nos las teníamos que ingeniar para adquirir los medios para disponer de alguna posibilidad de divertirnos. 

El adoctrinamiento y puritanismo religioso asfixiaba el desarrollo libre y estimulaba la picardía y la mentira sino, el propio autoengaño, de lo que explorábamos; de la sexualidad y las relaciones que se condenaban a la clandestinidad sino a situaciones opacas, que manteníamos secretas por tantos y muchos temores. Los jóvenes no éramos libres en los sentimientos ni en la sexualidad y menos en las expresiones; vivíamos reprimidos y atemorizados, pues a los ojos del adoctrinamiento religioso todo era pecado y había un temor horroroso y enfermizo a la condena divina y el infierno. Así que aguantábamos el tipo y nos dejábamos llevar por lo inevitable y la reiteración. Ante esta represión de la sexualidad hablando con una gran amiga nos lamentábamos de aquel tiempo perdido y la gran atracción que existió entre nosotros. La recriminaba su recelo y desconfianza y me decía: es que todo era pecado y, en casa, me decían que cuidado con los besos y toqueteos que puedes quedarte embarazada. Yo me imagino y veo una cortedad de miras y desinformación inaudita y desmoralizadora. Ese puritanismo nos llevaba a que casi o, completamente, sólo se consentía las relaciones en el seno de los matrimonios; aunque no fuera así en todos los casos, estaban las excepciones que confirmaban la situación. Luego de esa falta de información y formación en muchos matrimonios no había amor sino que eran una imposición, las experiencias sexuales para muchas personas eran muy traumáticas y horribles por no conocer y tener desarrollada cierta sensibilidad y comprensión de lo que es el placer del juego y complicidad refrescante de los complejos al ser descubiertos en nuestros gustos y atracciones más básicas. 

Así, muchas personas tenían que fingir y dar una doble versión de su realidad y la vida que se compartía. Nos hemos engañado tanto, tanto, que hemos creado una sociedades muy de cara al exterior para mantener el la situación y un estatus muy artificial y falso a nuestra medida y se mantiene con la mayor voluntad pero que nos crea frustraciones y desconexiones de la realidad. En algunas oportunidades ante confesiones muy escabrosas, me he sentido inquieto tratándose de gente amiga; temía ser descubierto en esas confesiones que descubrían lo aparente, que sería muy desagradable e incómodo; romper el pacto de no enterarse de lo que era evidente, se llama insatisfacción. Las apariencias sociales y lo que ocultan son así, una carga pesada y tienen el riesgo del descreimiento.

Muchas veces necesitamos encontrar  cierta confidencialidad, una válvula de escape a una vida llena de tabúes y represiones; un mundo más sincero y franco. Es una especie de repliegue y un aislamiento en el que puede vivir una mujer, me pongo en su lugar, entre las paredes del hogar, ahí es necesario buscar la brecha mágica para ensoñar el mundo que se desearía. 

Esa ventana, representa el deseo de contacto con la gente, lo que a ella quizá busque es gustarse más mirándose en ese espejo que representa a cada persona, una mirada; para verse mejor. La ventana, en ese sentido figurado, es para actuar con una doble moral para vivir y sin embargo explorar y volar en otra; es muy duro y sin embargo nos libera de tantas situaciones vividas en una educación represiva y muy acostumbrados a tener varias caras por el temor “al qué dirán”. 

El salir de esa situación nunca fue fácil para los que lo logramos. La función de esa compañía, el amigo emocional, es un consuelo en sus tareas domésticas y es la espoleta para echar a volar su fantasía. Es una libertad, a lo nuevo, a lo desconocido, a lo anhelado. Estas ganas de libertad requiere mucha fuerza y compromiso para buscar los grandes espacios sin vallas ni paredes, saltar los límites y liberarse de las ataduras. Lo que no es necesario es mantenerlo en el otro lado pero así lo tenemos. Pero es importante poder fisgar mirar propiamente, sin tener que relacionarse con algo estable o serio.

Hay un concepto curioso a eso de ser fiel, uno que mantiene una relación de obligaciones y deberes, no se puede ser fiel a un sentimiento, existe un contrato y unas reglas que cumplir. Mi conocimiento y sinceridad me dice que solo tiene valor la fidelidad en los sentimientos. 

Cuando en una pareja no hay un sentimiento y afinidad recíproco, la fidelidad se transforma en una obligación, un deber que es forzado, no hay sentimiento ni alegría. 

Cuando hay un sentimiento verdadero, la fidelidad surge espontáneamente y es satisfactoria, sin necesidad de forzar la actitud. Cuando se da vigencia al contrato adquirido en la iglesia o delante del juez en el ayuntamiento el matrimonio poco a poco hay que preguntarse y buscar si hay amor en pareja. Hablamos de ello porque es importante saber lo que sentimos; la única infidelidad que existe espiritualmente es la infidelidad a los sentimientos que nos mueven y motivan la convivencia y la relación.

En esta situación distinta, a través de esa ventana una persona, la protagonista a la que quiero referirme, la sirve para trasladarse al pasado para recuperar los recuerdos mediante un acto de desdoblamiento. En este sentido, conviene destacar que este personaje se contempla a sí misma mediante el espejo, como elemento coherente en el que se mira a la búsqueda de una identidad a través de encontrase consigo misma y ver su legitimidad. Es un diálogo consigo misma por medio del espejo, intentando conseguir el retorno al pasado, sobre todo la etapa de la niñez y de la adolescencia, así como comunicarse con el entorno familiar mediante el recurso del recuerdo.

Luego las personas vuelven a lo que han optado a un matrimonio por diversas circunstancias o necesidad y no fue el verdadero motivo el amor, incluso estando enamorados de otra persona y esa renuncia a marcado todos otros acontecimientos a este sentimiento por convencimiento o siendo inclinados a otros intereses y he visto cómo se habla de estas situaciones con cierta compasión y conmiseración de un mal inevitable, que se creía era lo bueno, lo justo y estaba en cierta armonía con una situación familiar. 

Por lo general son gente infelices pero se sienten satisfactoriamente resignadas a la suerte de su época que parecía que había que ceder a otras normas o códigos sociales moral intachable, porque se ha sacrificado una promesa que solemnemente se sentenció el día de su unión: “lo que Dios ha unido que no lo separe nadie".

La obsesión es de una naturaleza que    proviene del latín obsessio que significa asedio. Es cierta persistencia en una idea que ha ido afianzándose y que se ha trabajado mucho de una forma mental que poco a poco crea un sentimiento, se puede llegar hasta un punto que alguien puede llegar a creer que lo que piensa es lo que siente. Reconocer y atender a un sentimiento se hace de una forma sencilla ni siquiera hace falta un análisis, lo importante es saber si es correspondido o no. Los intereses son otra cosa y son muy acaparadores, casi siempre se habla de conquista o persuasión. La obsesión suele llevar un interés desmedido de pertenencia y suele venir de gente que no actúan con sinceridad, más bien con interés de adquirir algo como propio; no pueden aceptar su miedo a ser rechazado y no está dispuesto a admitirlo tampoco. 

martes, 27 de abril de 2021

2/ me fui del pueblo

Es probable que lo que hacemos no sea relevante para la mayoría de los que nos rodean. Para mi padre era importante todo lo que yo hacía, me decía que siempre le preguntaban por mis cosas y le decían lo que les parecía a, algunos, no les gustaba lo que hacía; entonces se sentía muy incómodo, tanto que incluso me llegó a decir que el motivo por el que había dejado de ir con sus amigos y familiares al café de Celerino era eso, “el que dirán” de los que me miraban con lupa y creaban una sentencia incuestionable. Yo crecía, era joven y manifestaba algunas excentricidades..., no me importaba hasta cierto punto lo que la gente pensara, seguramente; tampoco era muy consciente que me vigilaban, tan sólo lo hacía por crear alguna novedad y que fuera divertido cada lance. Nunca comprendía esa motivación, tan interesada, incluyo que el que mejor sabía que estaba fracasando en mis estudios era yo, también se lo había dicho y hablado con mi padre, pero no lo quería aceptar la situación; quería que realizara lo primero que me había propuesto y luego hiciera otras cosas. Yo creía que debería cambiar de carrera, las ciencias no era mi fuerte y me estaba atascando, me esforzaba pero me limitaba mucho la falta de desenvoltura en ese campo con mucho esfuerzo conseguí superar dos curdos y parte del definitivo en que no podía seguir así, mi padre me encomia a hacer el último esfuerzo que sentía que no podía. Nunca me limitó el tiempo me limito el cambio porque esto en sí era un fracaso para él y acabó siéndolo para mí también. El se fue alejando de su ambiente y sus amigos cercanos y se acercaba a los vecinos más cómodos y menos curiosos como “el Chato” Tasio, Lucio y su hermano Félix, también otros irían llegando a la esquina de la plaza de Santiago junto la casa de Mariasantos y otras en la esquina de Sinda según el momento y como soplaba el viento. Todos ellos vivían con naturalidad y una sobriedad resistente, dando poca importancia a lo que acontecía, era un constante dejarse ir. Pues, al fin y al cabo, la resignación era su manera de andar por los acontecimientos y, hablando del campo, el tiempo y las cosas vagas que se iban presentando se pasaba el rato y la vida de esta buena gente. La vida así hay que mirarla transcurridos los años con la suficiente perspectiva para compréndela y con una mirada retrospectiva de una sociedad que su valor principal era sobrevivir y seguir las costumbres desde el temor a Dios, aunque en la adversidad juraban hasta en  arameo, solíamos decir. Pocas veces se discutía desde las creencias y la política no existía era lo habitual el pensamiento lineal o único; los acontecimientos que conducían desde la reserva. Un accidente ocurrió entonces y nadie vio nada y no había nada que decir era asunto del secretario, la guardia civil y el juzgado de Villalón de Campos al que pertenecíamos. Todo se sabía y nadie tenía nada que decir, ni reflexionar mejor no hablar de lo inconveniente. Así me lo explico una vez un mayor. Estebin hay cosas muy desagradables y que ponen a uno en una situación incómoda y es mejor hablarlo en privado, según con quien, luego se olvida y como si no se supiera nada. Nunca se sabe quien te puede escuchar y que puedes necesitar; el silencio era lo prescrito. Si alguien hablaba demasiado lo mejor era dar la cambiada por buena y pensar ¡apaga la luz y veámonos! un asunto desagradable era muy restringido para hablar de ello. 

La vida social del hombre y la vida cultural se ha desarrollado de un modo extraño. La expresión de cada individuo ha tropezado con grandes dificultades y cada vez mayores. La primera reviste un carácter esencialmente de conveniencia para estar en un lugar pasivo y neutral. Pero yo siempre he creído que expresar el deseo y la voluntad de llegar al fondo de las cosas fue una necesidad fundamental, independientemente de las normas y costumbres a las que se debió someter una sociedad tan resignada a no fundamentar nuestra cultura en las posibilidades de cada uno. Las realizaciones culturales y profesionales tienen que ver con la necesidad y deseos humanos individuales. La vida se limitaba al trabajo, como hacerlo mejor y sobrevivir; cada uno en su nivel y, en los momentos de ocio, se  hablaba de cosas triviales pasando el rato al sol. Las personas con baja autoestima usan la crítica para defender el control sobre su posición y situación social o, incluso, para situarse en un buen lugar lo más favorable; no era el caso de esta buena gente, se aceptaban como estaban, como se levantaban cada día casi si ningún tipo de aseo y postura. 

Esa no era mi vida y tenía interés por ver otras cosas, no soportaba ese abandono y desinterés en ser un ciego que cierra los ojos o, el sordo que cierra los oídos y si alguien hablaba más de la cuenta desaparecer.

Sin embargo, poco a poco fui dándome cuenta y reconocía mis heridas y vacíos que los demás, etiquetaban sin compasión sin saber mis vivencias y realidad. Aquellos días sufrí mucho y no podía más.

Un día me marche de mi casa del pueblo y tarde en volver, necesitaba un desahogo y emprender otros proyectos para encontrarme mejor y ver mis posibilidades de futuro en el pueblo, no estaban; aunque nunca renuncie a mis origenes y buenas oportunidades que guardo con cariño. 

Después de todo ese tiempo, unos… ¡quizá veinte años! o, puede, que ¡algunos más! ahora vuelvo en pequeños periodos. Nada es igual y todo esto queda lejano ya.

Me he encontrado de nuevo, con los recuerdos de ese adolescente que parece ser que desde entonces nunca me ha dejado y, a veces, necesito orientarme, para ser aquel chico de pueblo; que en lo más profundo de mi corazón subsistirá para siempre dando la mano y el apoyo al hombre que hay en mi y necesita aún seguir creciendo o al menos aprendiendo de todo lo vivido.

En la llegada, de nuevo, tuve la impresión de estar en un pueblo abandonado, la gente que veía de lejos me parecía ajena; eso me hacía verlas más relajadamente de lo que había supuesto. Así y todo era como jugar una partida muy evasiva del cuerpo a cuerpo con un montón de impresiones y emociones y, la ocasión era que iba resultando cada vez más familiar, pero también algo extraña; me tendría que enfrentar a situaciones nuevas con costumbres conocidas algo olvidadas.

Solo un chico de pueblo tiene la curiosidad y la inquietud por las cosas como tenía yo, siempre la he tenido y aún la conservo. 

Los sentimientos, las emociones  y su agitación no estaban al día, no se contemplaban, en cualquiera de los niveles sociales del momento. Entonces predominaba lo impuesto, el credo religioso y la normativa subyacente de la aceptación y había un conflicto sempiterno con el pecado; ser consciente y dar sustento a las emociones y los deseos que contendían y más la ocupación en ello, era una presencia rápida del temor al fuego eterno, pero socialmente había que ser asentados y estables como un alcor. Rechazábamos ser nosotros mismos con nuestra herencia y la curiosidad humana; nadie que yo conociera hablaba de ello y el disimulo era a menudo lo más favorable, lo propio, ser listo, pillo,  y un tunante; no revelar ningún resquicio y emociones como: el miedo, el dolor, la turbación, la tristeza o el no enamorarse entre otros muchos. Enmascarando ese ser natural y aceptar los sentimientos pocas veces se planteaban en ese aspecto se distraían las inquietudes y lógicamente no se hablaba de resolverlas o moderarlas. Las emociones, ¡claro que se sentían! en total soledad.  Eran cosas para leer en un libro, ver en el cine u oír en las radionovelas folletinescas que embriagaban y transportaban a mundos mentales especulativos, curiosamente se escuchaban en familia, eran toleradas, porque eran ajenas. Ese fuego relevaba nuestra rutina, si acaso, la hacía aguantable y reparaba los infortunios emocionales ajenos.

Paso mucho tiempo para que comprendiera que si no aceptaba las emociones malamente las iba a poder compartir y ocupar mi realidad vital, pero sobre todo acceder a lo que el impulso sentimental me animaba ante las circunstancias manifiestas con otros seres humanos, ¿estaba abocado a hacerme este planteamiento alguna vez para conocer el propósito que tenía lo que sentía, lo que era, lo que amaba? Era difícil que ese proceso se estableciese, y poder desarrollar la necesidad y la comunicación, ser una persona sensible y activo con  sentimientos primordiales no estaba bien visto y, sobre seguro, hubiera sido rechazado en esas coyunturas. Dejamos de ser individuos para ser sujetos sociales correspondientes como vasos comunicantes; los valores eran otros como: tener, parecerse o equipararse en los intereses creados o, en el prestigio alcanzado o, escala social tangible.

Leí muchos libros que me abrieron ventanas de claridad referente a las emociones humanas, la inquietud, la búsqueda y su desarrollo natural y, en ese laberinto descubrí que uno es lo que siente, lo que piensa y hace, para ser uno mismo. Vi como muchos de esos personajes se parecían a mí mismo, eran como yo, que buscaba, que tenía la misma sed, necesitaba encontrar en todo su sentido. Si, vi que las emociones nos llevan a encontrar la pasión en las relaciones con los elementos que lo producían. Entonces, vi la realidad, no una mixtura de elementos que agitados y metidos en su molde producen algo parecido a  un adobe o un ladrillo, eso que se parece a los materiales que poseemos y fabricamos nuestros sueños. Todo lo que nos rodeaba excluían del devenir de los acontecimientos los afectos, la pasión y ser originales, aunque universales, en la forma de comunicarnos..., ninguna relación puede ser igual ni podría llegar a serlo porque la mezcla humana es la excelencia, lo diverso e insólito, frente a todo lo que nos rodea homogeneizado, es lo que se suponía que era o cabía esperar. Lo preparado y medido en las relaciones humanas, fuera de las emociones conducidas con generosidad que hacia ligazón entre las cosas y las personas; es el vacío, una brecha endemoniada y desesperante que mortifica y ofende a la dignidad humana.

jueves, 22 de abril de 2021

1/ Al principio

 vivía muy dependiente de casi todo iba y volvía sin ser consciente más que lo que requería el momento, pero siempre fui muy observador y me interesaba cuánto veía, con una mirada muy pura e inocente. Parecía que no necesitaba demasiado y todo se iba desarrollando como tenía que ser.

Llegaba al pueblo viniendo desde Valladolid en el modo más acostumbrado que teníamos para transpiramos y le llamábamos “el coche de línea”, de la Empresa Salgado, conocíamos al propietario corpulento y satisfecho, siempre con un “farias” a medias como si los consumiera constantemente, conocíamos a los conductores,  a los cobradores sobre todo y revisor, todo era así, muy familiar. Allí ya empezábamos a encontrarnos con algunos paisanos y otros conocidos de pueblos cercanos.  Salíamos de las cocheras de la calle del Puente colgante de Valladolid cruzando el paseo Zorrilla y por el puente de Garcia Morato llegábamos a “la huerta del Rey” atravesando el río Pisuerga, para mí era todo un acontecimiento, era el elemento que marcaba el carácter a nuestra ciudad..., en la frase recurrente, con alguna frecuencia en las conversaciones, tanto en Castilla y León como en el resto de España, en la de “aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid”. Luego se tomaba la avenida de Gijón pasando por el lateral de la dársena y almacenes junto el Canal de Castilla, hasta Villanubla. Allí estaba el aeropuerto con aquellos aviones alemanes los Junkers 52, un avión de transporte utilizado ocasionalmente como bombardero en la Guerra Civil Española; un monoplano de ala baja y tren de aterrizaje fijo de revestimiento metálico que le daba un aspecto de tanque, ahí estaban a modo de exposición algunas unidades. Rodeábamos el aeropuerto en una carretera de una gran curva hasta llegar a la Mudarra ya cercana y solía darse la coincidencia algunas veces ir paralelos al encomiable “tren burra” con su humeante estela y monótono sonido de la máquina de vapor, así llegábamos a Medina de Rioseco, punto intermedio del recorrido y, una referencia o enclave de nuestra zona, unos pasajeros bajaban otros subían y volvía a arrancar el “auto de línea” luego Berrueces, Ceinos y la entrada al pueblo por la carretera nacional, N-601. Ya reconocía que estaba llegando al final y te invadían todas esas emociones de un encuentro conocido pero no dejaba de inquietarte por todas sus ataduras y supeditaciones que vendrían como una colisión de nuevo tras un trimestre de internado en el Colegio. Cuando llegaba entrabas en lo que era una recta sombreada, como si fuera por un túnel de árboles enormes y espesas ramas llenas de hojas bailarinas que cubrían y bordeaban la carretera desde la fuente de Gonzalín. 

La fuente era lo primero que se divisaba, como lo más propio del pueblo, era su símbolo, era el agua que se consideraba más venerable y benéfica que guardaba una caseta a modo de chozo. La hilera de árboles empezaba a continuación y llegaba casi hasta el cruce de la carretera a Villalón de Campos, se llamaba: la arboleda. Luego continuaba otra nueva hilera de árboles hasta el puente nuevo. Los amantes de los paseos largos hacían ese recorrido a la inversa, llegando hasta la arboleda donde siempre se encontraba alguna separación y soltura. En general se tenia como algo saludable, alguna vez oí hablar de lo oxigenante que era airearse por ese lugar y se hacía para prevenir algunas enfermedades respiratorias. He Llegado oír valorar llegar hasta allí para mejorar las enfermedades pulmonares como “tisis” así se decía de la tuberculosis incipiente, con alguna tendencia de resistencia a esta enfermedad, ahora ya no hay árboles. 

Era un lugar clave, repetido como una referencia; fueron talados todos en los años sesenta, período de tiempo en que cambiaron muchas cosas, entre ellas una especie de reordenación del trafico. Esos árboles, pintados con una banda perimetral horizontal de pintura blanca reflectante era una señalización protectora, ahora eran un riesgo, porque podrías estrellarte contra ellos al menor descuido como consecuencia de la soñolencia ocasional.

Becilla de Valderaduey es un pueblo muy pequeño, perdido en medio de  la Comarca “Tierra de Campos,” con una historia consistente y de repoblación medieval, un sistema de asentamientos de los reinos cristianos en la Edad Media desde el Reino de Leon, ahora la actual Comunidad de Castilla y León, en el siglo IX y XI en esta época se forma el sistema de asentamientos que estructura esta zona rural actual. 

No se considera nunca pero debió tener un lugar defensivo a modo de fortaleza en lo que es “la Corraliza” un buen lugar de observación.

martes, 30 de marzo de 2021

Sumisión

 El día que oí a un periodista reputado que estaba asqueado de la política y los políticos y su cortedad de miras, me di cuenta que hacía tiempo había dejado de tomar partido. No defiendo ningún régimen y sin embargo ninguno me era ajeno y sabía  que tenía una cierta responsabilidad. Este periodista decía: en la política, la trampa pasa a ser casi virtud. Me pregunto ¿cómo educan a sus hijos estos representantes públicos que se comportan así en la política? El desprestigio de la política ha arrastrado al periodismo, asegura Iñaki Gabilondo, que tiene clara cuál es la fórmula para recuperar esa confianza: Poner rumbo al hombre y a la mujer, al ser humano.

Los poetas, los escritores, los artistas no han dejado desde siempre de construir en la ficción una ciudad en constante devenir, una ciudad que continúa inventándose en la actualidad, tanto en la experiencia diaria como en la imaginación. La visión de esta gentes en cada una de sus expresiones y textos, agrupados por los distintos géneros literarios, hace posible que recreen una visión rica y variada, llena de registros, de la villa y sus alrededores, de lo que hoy definimos como Comunidad de Madrid, cuyos diferentes aspectos permanecerían de otro modo ocultos e insospechados.

La historia, se hace y se escribe por las acciones y la pasividad también de los contemporáneos de los hechos que suceden. La turbadora situación política, económica y pandemica coexisten con la bondad, la voluntad de la gente que trata de hacer las cosas bien y tratan de infundir esperanzas y contagiar de optimismo al género humano.

Ahora cada cual como un sonámbulo en su propio sueño de una noche inquieta buscan un sentido que se resiste a la impunidad amoral de los que más influyen.


Como veía a la gente mayor de mi pueblo, alguna vez lo he manifestado y escrito; la veía sumisa y que se caracteriza sobre otras muchas cosas por ser pobre y que estaba soportando la existencia con una carga de pesimismo secular por la falta de oportunidades que caracterizaba su situación humilde. Eso les hacía dóciles, obedientes, callados hasta la subordinación y rendida su condición a su dependencia , que hacía que cualquiera podía ser la persona que podía necesitar y eso acentuaba su aceptada sumisión.

Lo vi en mi generación y era una consecuencia de lo que vivíamos en nuestras casas; aunque puede que de una  diferencia u otra manera en su particularidad. Seguro que ahí entraba él proponerse encontrar un grado de felicidad que se compensaba con el sometimiento debido, cuidar el hogar y lo que nos rodeaba. Así se mantiene un estrecho estilo de vida basado en el rol patriarcal de la esposa tradicional y los hijos. El marido cuando llega a casa no necesita explicar nada tiene la autonomía considerada y adquirida y la mujer siempre necesita defender su autonomía diciendo que es lo que ha hecho y qué recorrido ha tenido que, explica, con total naturalidad y ocultando lo poco preciso o, lo que consistiría motivó de conflicto; los hijos como reflejo de ello parecido, con divagaciones y mentiras. Lo normal es ir a comprar la comida, las medicinas, algo de menaje, alguna ropa, la peluquería o tomar un café con las amigas o encuentros casuales, con sus gastos propios y muchas veces que justificar. 


A la mujer, con un trabajo profesional remunerado fuera del hogar, se la ha ido dando algunos márgenes, no en lo doméstico que siempre es su ámbito. Eso ha sido lo suficiente para ir avanzando en las relaciones familiares y en la vida privada con acceso al ocio fuera de casa, experimentado mayor acceso a la cultura y relaciones creativas y reconfortantes en la comunidad. Las que están en las viejas costumbres y sujetas al hogar, a la familia ajenas a una vida comunitaria y comunicación les estaba causando a muchas de ellas problemas de depresión y esa sensación continua de insatisfacción vital.


En la creciente insatisfacción en la vida moderna, se ha puesto todo más claro y no debemos subestimar esta situación o estado de las cosas, cuando nos enfrentamos a este panorama económico sombrío y empieza a prescindirse de viajes necesarios por ser muy renovadores que representaban una imagen más propicia a la felicidad doméstica de los años pasados. En general nos recordamos las cosas buenas que creemos valores del pasado, como la calidad de la comida y las reuniones en la cocina familiares y los abrazos de la abuela. No es cuestión de pensar en volver al delantal de la abuela y que eso es la cura de todos nuestros problemas. No lo fue para ellas que también se quejaban de ser esclavas de y por la familia, pero se resignaron por no tener otra salida eran sobre todo las esposas tradicionales sumisas y abnegadas que te decían en privado que tan siquiera tenían una cuenta corriente, solo un baúl cerrado con llave algunos de sus secretos bien guardados. Que alguna vez oías decir y sentenciar al abuelo: un día cojo el hacha y le descerrajo para ver que tiene y que guarda con tanto esfuerzo e interés. Algo había pero poca cosa era un reducto de un mínimo de libertad.

Hoy es raro no tener una cuenta bancaria a tu nombre, el derecho al voto y el derecho legítimo de que tu marido no pueda violarte o golpearte y tener una salida concreta, salir a pasear y en ello tener un espacio de desahogos útiles.

En el pueblo un día presencié una escena de cierto dominio seguido de reproches y tuve la sensación que no sería fácil para mi vecina, por distraer un poco el tiempo y acercarse demasiado a cotillear un poco.

Pasados unos días le pregunté: ¿qué tal te ha ido? se levantó la manga de la blusa enseñándome el antebrazo lleno de cardenales de los dedos de su marido. No me pega pero me sujeta el ante brazo con todas las fuerzas y me tiene marcada al agarrarme mientras me grita. Me pareció terrible y algo insufrible pero muy soterrado..., eso es insoportable y canalla.  Pero aún se descubren estos modos y formas de sumisión y el miedo. Lo veo muy frecuente me voy que mi marido estará diciendo y preguntándose que dónde habré ido.

En este país, el nuestro parece que hemos cambiado mucho, no se discute que hemos avanzado económicamente, en libertades sociales y en un singular escenario de querer y sin embargo no poder. 


Hay una especie de reclutamiento social por edades y por situación económica. Tenemos la clase social de un consumo disparado y los que consumen lo que es imprescindible. Tenemos cantidad de agentes sociales asociados y los que rompen todo vínculo cívico con su ruido y costumbres de ocio. Tenemos una clase política que defraudan por su mediocridad  y mentiras sin un mínimo sonrojo ya que existe su derecho a defenderse; salvo algunas excepciones y no digamos el clero asistimos a un fenómeno similar. 

Los partidos políticos, disfrutan de un monopolio de representación que privilegia el control oligárquico de la organización mediante privilegios y chanchullos que discrimina cualquier disensión. El líder permea como una lluvia fina todos los estratos de la organización, se alimenta de un único combustible: la militancia fiel y obediente, la lealtad incondicional  y sumisa a la jerarquía y el aplauso entusiasta a las directrices emanadas de el.

La suprema virtud y esperanza de nuestra sociedad es la de la inmunidad de rebaño que paciente espera y es observador de que nada es mejor que vacunarse contra todo; la forma de esperar que se les seleccione para esto vacunarse o para la estrategia preventiva del superviviente: obediencia y sumisión, siguiendo la tendencia que se impone en la modalidad que te toque vivir según la comunidad correspondiente.

Naturalmente, este estado de sumisión ahuyenta el talento y aglutina la mediocridad para sobrevivir en un modo de resignación.

lunes, 29 de marzo de 2021

El Cambio

En algún momento hemos sentido y visto nuestras inseguridades en los demás y, sino las hemos querido reconocer, ha sido por mantener a flote nuestra autoestima, obstinados  y firme en una idea o intención personal; hay un efecto espejo pero creo que no queremos vernos afectados la mayoría de las veces y, sin embargo, yo lo hice, viendo lo que pasaba a muchos me pude ver reflejado y aprendí a ser tolerante y consecuente conmigo mismo. Me di cuenta que por orgullo me equivocaba y veía que entonces tendría que aceptar algún cambio. Alguien me lo explico y como, para sostenernos hacemos grupos existenciales: unos son aquellos que les suceden las cosas importantes; otros los que han nacido para trabajar y resignarse, la mayoría para observar como pasan las cosas a los demás y verlo como un serial cargado de emociones que nos entretienen. 

La televisión lo sabe y ha creado, para mi gusto, aunque no les sigo ni me interesan esos espacios; hay demasiados realities, series netflix y concursos, somos afectados por todo esto y parece todo ¡tan extraordinario! ¡tan mágico! ¡tan emotivo! que nuestro drama humano se diluye. No consideramos la posibilidad de que todo esto es virtual y está preparado para eso; no tratamos de cambiar y mejorar lo que nos afecta de verdad, creyendo que es demasiado tarde. Es algo así como que se nos irá cada posibilidad de ser tal como somos dentro de lo que es posible. No nos importa ser reales y ser tal como somos para nosotros y los demás salvando errores ¿podemos dormir? cada vez se acepta más dormir menos y mal.

Lo que nosotros no hemos sido capaces de alterar o transformar acabaremos terminado achacándoselo y culpando a los demás. ¿Cómo solucionaremos nuestra situación? Pues con la crítica señalando a otros como culpables y, ¿cuestionamos nuestra posición? está claro que no. Pero también no dejaremos de arrepentirnos y habrá un cierto sentimiento de desprecio a nosotros mismos o, también  alardearemos de que los tiempos son distintos. La resignación en realidad enmascara lo pequeños que nos sentimos por dentro. Siempre nos consideramos humanos por eso, nuestras debilidades y nuestros errores; nunca por el tesón de realizar lo que anhelamos, que se alcanza cuando se persevera y esfuerza; por la bondad y la honestidad de ayudar a salir de las dificultades propias y ajenas. Si hay alguna persona que vemos distinta y nos parece que ha sabido mejorar su posición personal; siempre pensaremos que tuvo mejores posibilidades y que la suerte tuvo mucho que ver, sin importarnos en realidad como lo hizo o, su esfuerzo o constancia propia.

Me viene a la memoria la picardía o estratagema que una chica con la que salía, en aquella época, y que había empleado con una amiga suya que optaban a un vestido que las gustaba a ambas. La oponente era muy atractiva famosa y coqueta; se lo probó primero y vio que la gustaba y se sentía favorecía y cómo la veía que se quedaría con el, era un mono que entonces estaban de moda, para chicas adultas y modernas. Como también la gustaba a mi amiga y veía perdida su opción, la dijo: es precioso, está muy bien, pero te engorda un poco, es para alguien más fina y enjuta. Entonces rápidamente le desechó de él y como mi amiga era bastante delgada se lo cedió y le justificó: seguro que a ti te sentara mejor que eres una sílfide. Así me lo contaba mientras se reía burlona y satisfecha de embaucar a esta señorita ¡tan a gusto! yo me lo creía era así de astuta y aguda. Me lo contaba porque la había dicho que estaba muy guapa con aquel mono rosa y la daba un aire de elegancia.

Esto nos dice a la vez algo, hay que ser cauto y, a la vez críticos, antes de llegar a creer que los demás las cosas les pueden sentar mejor; hay que reflexionar y ver nuestras posibilidades, no todos, los otros,  lo hacen todo mejor hay que gestionar cada situación y pensar en nuestras posibilidades.

¿No tiene nuestra actitud algo que ver con la manifestación de una grave inseguridad? Es muy probable que así sea, y también, es posible que te de lo mismo. Al fin de cuentas nuestra vida ya está encaminada y hecha..., pero el ánimo  y la decisión cuenta para mejorar cada situación personal. No todas las decepciones se revelan y sienten de la misma manera, y nos hacen sentir sumisos y pacientes. Todo puede compensarse y buscar que el refuerzo se compense sin temer que el rechazo de otros o, sentir la  aceptación del entorno. Nosotros sabemos si ha llegado el punto de ser algo excesivo. No debemos caer en tener que desarrollar estrategias, más o menos conscientes, que aparentan un exceso de generosidad, la generosidad es una cualidad que siempre nos eleva y ayuda a aceptar nuestras posibilidades.

Sí, en muchas ocasiones, hay personas inestables que intentan camuflar esta particularidad a partir de una apariencia estupenda, un tono de voz regular y homogéneo en exceso haciendo un gran esfuerzo de firmeza y que no se note nuestra decadencia. Hasta el punto de hacer parecer hacer verdad y aceptar una gran mentira. Hay un refrán castellano que nos desenmascara muy ciertamente: dime de qué presumes y te diré de qué careces. Esto esboza esos casos en los que una persona se atribuye una cualidad, pero no tarda en dar señales que las reacciones contradicen eso mismo que se manifiesta.


Lo he dicho muchas veces, en mi casa siempre mantuvimos que mi madre estuvo muy acompañada por todos nosotros y ella en sus últimos momentos me decía: ¡que sola he estado toda la vida! ¡qué poco sé de mí misma! a mí esto no me causo ninguna sorpresa; siempre la vi como una mujer excepcional y generosa, mucho siempre estaba en plena disponibilidad y, sin embargo siempre vi la renuncia a sí misma; siempre sirvió lo mismo para un roto que un descosido. Me sorprendió que se diera cuenta tan tarde.

Un estudio que leí publicado en una revista de Sociedad mostraba cómo la visibilidad excesiva de la vida en pareja podía enmascarar en realidad un desgaste de la relación. Y, se ve cierta desatención y falta de un estilo de avenencia, si, se ve claro que hemos sido educados bajo un estilo de pertenencia y de seguridad en la unión,  pero se visibiliza nuestra relación admisible y tratando de hacerla soportable. La conclusión del estudio es que las personas que tienen esa actividad de manifestaciones mayoritariamente fueron criados bajo un estilo que necesitan esa seguridad que tuvieron de pequeños. Ahora, si quieres dártela de adultos, es una decisión personal.

Yo, siempre estaré por construir una vida propia, cada individuo tiene una necesidad de sentirse pleno y puede lograrse, no esperando que sean los demás quienes puedan hacerlo, sino cada uno mirando hacia uno mismo y adentro de cada situación en grupo; establecer una prioridad y el contacto con nuestro anhelo de ser como somos y cubrir nuestro destino. No el que nos asignan o permiten por esas normas no escritas sociales y costumbres.

sábado, 27 de marzo de 2021

Una situación de crisis

Una persona bajo una crisis emocional puede sentir que está perdiendo en control de sí misma, dado que sus reacciones emocionales pueden ser exageradas o demasiado intensas; se da cuenta de que antes no era así y se pregunta ¿qué me está pasando? y ¿por qué? Su situación de crisis le impide pensar con claridad y tomar buenas decisiones. Por tanto, tener a alguien cerca que le diga que cree que está atravesando una crisis y con quien poder hablar de sus sentimientos, puede servir de gran ayuda.

Siempre es necesario encontrar vías claras y limpias para expresar las emociones, para la propia persona y para los demás; para entrar en una calma saludable. Encontrar espacios, vínculos, donde poder expresar, aflojar tensiones, gritar si es necesario, contar situaciones o emociones y, llorarlas si es necesario. 

Toda represión es negativa, ya que hace crecer las emociones en nuestro interior con más intensidad y duele más, pues nos crea una presión innecesaria.

A veces, una persona se siente físicamente mal sin un motivo aparente. Tal vez se trata de cansancio, dolores de cabeza, problemas digestivos o cualquier otro síntoma que le impide estar bien y que parece arrastrar día tras día sin que desaparezcan.

Muchas de estas cosas son psicosomáticas.

En psicología se establece una diferencia entre temperamento y personalidad. El temperamento, es la parte de nuestra personalidad con la que nacemos, que hemos heredado genéticamente, por ello es lo que mostramos que los demás perciben de nosotros desde una edad temprana. Es la parte más instintiva de cada uno. La personalidad, en cambio, es el resultado de la acción comprensiva de nosotros mismos y la relación o influencia ambiental y social en que nos desarrollamos. Es decir, el temperamento puede ser modificado y modulado por las experiencias y el aprendizaje que una persona mantiene como equilibrio. 

La estabilidad emocional es uno de los factores de personalidad más importantes que cada uno va modulando por sus experiencias vitales. Las tendencia de algunas personas a ser más vulnerables a los problemas de depresión y ansiedad tiene que ver con situaciones estresantes y que se relaciona con una mayor o menor satisfacción en las diversas áreas de la vida; así como con la capacidad de entender la propia existencia.

Así, el carácter no se determina genéticamente sino por esas características que hay entorno a una persona durante su formación, este no se puede intuir desde un corta edad, como sucede con el temperamento. Pasa por diferentes fases y se consolidad con los años.

El carácter psicológicamente visto sería la peculiaridad de un individuo que se enfrenta a la sociedad haciendo uso de sus distintas facultades, es decir, en su sentir y en su obrar, con sus decisiones voluntarias y valoraciones objetivas, en sus juicios y orientación de intereses, con todo lo que adquiere una existencia individual y una fisonomía que le diferencia de los demás.

El carácter, es un resultado de la lucha de las fuerzas opuestas que hay en cada persona y el impulso de nuestra elección de defensa que optamos. 

Cuando el carácter está falsamente fijado, porque fingimos ser lo que somos, nos separamos de una forma y esa estructura del carácter, está incrustada una forma de eliminar las defensas del yo en obstinación como cualidad para conseguir lo que se desea. Con esa obstinación se convierte en un enemigo que le impide realizar su vida con plenitud.

Desgraciadamente, una persona que se identifica con su carácter y no lo pone en tela de juicio, mientras se expone a distintas situaciones achacará siempre el fracaso a las exigencias del entorno. Solo el éxito de todos nos traerá satisfacción social y nuestra satisfacción propia se complementa con la de nuestro entorno.

Las personas adultas que se sienten con baja autoestima es precisamente  a consecuencia de algún trastorno de su falta de capacidad para actuar, según los niveles que le exige la realidad.

Un día, un niño indio de la tribu de los Cherokee viendo la manera de comportamiento tan desigual de alguna gente, decepcionado de que unas veces personas amables fueran tan airadas en otras situaciones inquieto por situaciones tan desiguales preguntó a su abuelo, que era el gran Jefe de la tribu.

¿Por qué  gente que parece buena, a veces, actúa de malas maneras?

Entonces el anciano indio le contó a su nieto la historia de una batalla que tiene lugar en el interior de cada persona. 

Le dijo: “Dentro de cada uno de nosotros hay una dura batalla entre dos lobos. Uno de ellos es un lobo malvado, violento, lleno de ira y rencor, agresivo y envidioso. El otro, es todo bondad, amoroso, alegre, compasivo y generoso”.

El nieto se quedó unos minutos pensando sobre lo que le había contado su abuelo y finalmente le preguntó: ¿por qué luchan? 

El anciano indio le respondió: porque cada uno de ellos quiere dominar sobre cada una de las personas.

El niño le volvió a replicar.

Dime abuelo, ¿cúal de los dos lobos ganará?

Y el anciano indio respondió: “Aquél al que tu alimentes”

Solo que el alimento no es de carne. Alimentas al lobo que decidas mediante la atención que le damos y la importancia que le concedes.

Solemos tener un repertorio de miedos, creencias y mentiras aceptadas bastante grande, alimentados desde nuestra infancia, reforzados en la sociedad y ampliado por la ignorancia de quienes somos nosotros mismos y, falta de conocimiento, de nuestra verdadera naturaleza humana. 

Nosotros mismos somos los responsables y encargados de mantener esos miedos y mentiras ordenadamente como las hemos considerado necesarias.

jueves, 25 de marzo de 2021

¿Qué crees sobre ellas y nosotros?

Creo y así lo vi siempre que la mujer domina los campos de la emoción y la comunicación. 

Pero la observación siempre me llevo a pensar que todo se aprende y te crea una capacidad de manifestarte.

Hemos llegado a crear una historia muy popular que nos da una explicación muy simple del mundo en el que vivimos.

Los tópicos dicen que los hombres se enamoran por los ojos y las mujeres por el oído; que ellos las prefieren jóvenes y ellas a alguien a quien admirar; que las mujeres dan mucha más importancia a los sentimientos que los hombres; que ellas son más enamoradizas; que ellos pueden desligar con más facilidad los sentimientos del sexo… ¿Hay algo o poco de verdad en estos tópicos?, ¿qué nos atrae y  motiva a sentirnos atraídos?, ¿tan diferentes somos, cuando se pierde la cabeza por algo, creo que es igualmente para todos?

La atracción y el enamoramiento son elaboraciones y conceptos sociales. Una forma de canalizar el instinto sexual que en nosotros se despierta. En el hombre es más elocuente y  revelador ve a la mujer más como un motivo erótico. Los hombres nos fijamos más en el físico de ellas, que a su vez, parece que ellas dan más importancia al estatus de ellos. Para la mujer importan más, en general, los aspectos psicológicos y comunicativos.

Esto viene a un recuerdo casual que me sucedió en un desayuno de unos amigos. Por la mañanas nos fuimos levantando y coincidiendo en la cocina, dónde tomamos asiento para desayunar lo que se había preparado: zumos, frutas, tostadas con mantequilla y mermeladas por supuesto café y leche.

Algo sucedió y se me ocurrió recitar una poesía corta y recibí un cierto halago por ello de una amiga y me motivó a expresar otra muy bonita también corta y muy directa a los ojos y una mirada muy elocuente y positiva..., entonces la expresión fue firme e incondicional por su parte. En mi amigo, que era su pareja, saltó algún resorte espontáneamente e hizo este comentario: ¡a las mujeres se os conquista por el oído! y, se estableció una especie de réplica y contrarréplica un poco molesta. No había ninguna intención en aquel juego floral y poético sino un cierto entusiasmo y elogio a la belleza de nuestras costumbres. Ella dijo contrariada: ¿por qué se os conquista a los hombres. 

A todo esto le precedió un silencioso espacio y seguimos desayunando.

Es cierto que el hombre es más proclive a la erotica y sensualidad.

La mujer se fija primero en la inteligencia; luego, en la simpatía, lo que la divierte con alguien y, creo que por último la personalidad y magnetismo que hace que una mujer se sienta bien y cómoda, no la inteligencia que apabulla.

El hombre, al principio, se engancha por el atractivo femenino, pero, con el tiempo, esa atracción disminuye. Y, entonces, necesitan que esa relación sea también cómoda más o menos. Buscamos una compañera de viaje que suponga un apoyo emocional. Pero ahora los papeles están variando y también los gustos aunque haya una memoria tradicional.

Me he encontrado mujeres que viajan solas y me han solicitado el deseo a unirse a mi, que también era viajero en un país muy atractivo pero costumbres muy ancestrales y ver una mujer solitaria es una tentación a la transgresión, eso me dijo ella. Parece ser que se sentía puntualmente  algo invadida.

También veo que por las confidencias de la relación con las mujeres me dicen: que cada vez muestran más interés en el físico y atractivo sexual; en cambio los hombres, se fijan en aspectos inteligentes de la mujer o el estatus. Podríamos decir  que por ahí ambos estamos necesitando aspectos e ingredientes parecidos para interesarnos y sentirnos atraídos, pero creo que no estamos en la misma proporción, cambia la intensidad.

La verdadera atracción va más allá del físico o de esa emoción espontánea tan difícil de definir. Es una auténtica magia la que hace que entre dos personas se realice una lectura emocional de dos corazones que se colapsan, se paralizan y disminuye el ritmo de toda actividad y se tiende a esconder lo que sentimos, reprimiéndolo, para vivir como si no me sintiera como me siento y se trata de conformarse, con lo que se entiende como resignación. Es esa una atracción de la que uno no se libera, aún cerrando los ojos y la atracción.

Todos tenemos claro lo complejo que es aislar y establecer muros a comprender eso que llamamos afecto o atracción. 

No obstante, se ha investigado esto y un estudio reciente ha publicado que hasta el momento se parece tener claro: la clave del atractivo podría estar en la comprensión mutua entre dos personas.