Un
día escribí esto en una hoja de papel, he encontrado el apunte: La confusión,
las dudas, llegan solas sin buscarlas..., la claridad también llega, pero si no
la cortejamos se va, sin tan siquiera darnos cuenta, cuanto la necesitamos.
Suelo
leerte y veo desafecto y, una pensada enemistad. Leí tu presentación o nota de
afirmación y, vi una especie de victimismo que te señala ser lo que tu indiferente
no crees, pero te sitúa, me parece contradictorio; pero... ¿que puedo decir yo que
me siento exclusivo? y sin embargo, me siento ser parte de cada persona que he
conocido.
Hablamos
en los tweeds, aunque indiferente me respondías y me explicabas algunas cosas,
coherentes desde luego. A veces algunos nos fastidian tanto que nos hacen víctimas
y parecer lo contrario de lo que ellos nos catalogan…, nunca lo seremos, pero
nos disimulamos con el disfraz que nos han elegido.
Mi
posibilidad se fue manifestando, me aceptaste como interlocutor de la situación,
mientras algunas cazafantasmas de derechas hacían de ti, su diana.
Empecé
a coger el gusto de saber como sentías, no por nada, sino por todo. Los
acontecimientos fueron enseñándome que cuando nos sentimos débiles, debemos
recordar nuestra fuerza. Cuando nos creemos fuertes siempre pasa algo que marca
nuestra fragilidad. Nada es despreciable en ambas cosas siempre encontramos el
equilibrio que necesitamos, somos frágiles pero a la vez muy fuertes. Estas
personas dejaron de contestarte desdeñosas e insolentes, quiero creer que puse
un poco de equilibrio, me gusto.
Hoy
nos hemos lanzado unos cuantos disparos, desganados por tu parte, animosos por
la mía, el resultado, creo que he notado, que te ha animado un poco. Que aunque
sea tú gusto el debate verbal hostil, nuestro contacto se ha suavizado y ha ido
por el razonado o al menos el aceptado con supuestos distintos, para ver una
situación que en el fondo es la misma para ambos.
Vivimos
momentos muy contradictorios, muy contrapuestos y mentirosos. Exigimos todo a
cambio de poco, ha desaparecido la crispación larvada, pero estamos indignados
algunos, otros llegan hasta el cabreo. En realidad los ciudadanos sufrimos los
malos modos de los más altos representantes, las ostentaciones económicas de
los más ricos. Que para los ilusos les sirve para creer que tienen cuartada,
están perdidos. Tendrán una licencia para frustraciones, encantos errabundos de
inestables autómatas.
Los
valores nos han confundido como dice el tango Cambalache: Hoy resulta que es lo
mismo/ ser derecho que traidor,/ ignorante, sabio o chorro,/ generoso o
estafador...,/ ¡Todo es igual!/ ¡Nada es mejor!/ Lo mismo un burro/ que un gran
profesor.
Pero
no es todo igual, aunque lo parezca. Yo quiero si se puede, se puede; que todo
sea para mejor. Creo que hay gente que siempre lo intentará, que mientras haya
esperanza y, un ser humano sienta un poco de compasión, también habrá
generosidad. Yo, cortejaré la claridad si viene, llega y me mira de frente.

No hay comentarios:
Publicar un comentario