Nuestro orden natural es el sentimiento, el
pensamiento y la palabra; mientras que por la inercia de las cosas, el proceso
que hemos aceptado, que utilizamos normalmente los seres humanos es justo el
contrario; palabra, pensamiento, sentimiento.
Con el sentimiento, cuando sientes, puedes
tener tus propios pensamientos y por ello decir tus propias palabras; pero si
lees o escuchas palabras o absorbes, ideas de otros, tendrás pensamientos que
no son tuyos y que no te darán el sentimiento que los originó. A esto se le
llama ingeniería inversa.
Hablamos con palabras, nos hablan con
palabras y el poder que ejercen sobre nosotros, el poder que les hemos
concedido es ilimitado…, tanto que copiamos esas palabras y las volvemos a
plasmar como algo obligado y concreto; cuando deberíamos tener en cuenta el
sentimiento, lo que sentimos, lo que nos comunican emocionalmente.
¿Hay un sentimiento de agrado dentro de nosotros cuando lo escuchamos? La corriente
que puede sentir un ser humano puede ser la gloria, o puede ser el desconcierto
o un tormento. Nuestra mente, con todos esos procesos, sus especulaciones
mentales enloquecidas, no nos dejan sentir algo equitativo, nos alejamos del
sentir sereno. Le damos tanto a ese poder, que interfiere entre nosotros mismo
y ese gusto de comunicarnos algo concerniente con la conciencia.
¿Estás contenta? espero que mucho. Esto
debería ser nuestra primera motivación desde que nos levantamos, sino todo
pierde sentido y entusiasmo.
Hace poco estuve en Méjico, en Chiapas, en
una población llamada San Juan de Chamula. La vida es muy elemental según como
lo entiendo yo. La gente no les importa tanto lo que tienen o van hacer como si
están bien, si están contentos cuando se ven o se encuentran. Les importa sobre
todas las cosas y su actividad, su estado de ánimo.
La vida es la posibilidad para desarrollar
todo lo que necesitamos y anhelamos para encontrarnos bien, en un lugar
correcto. Sin encontrar la alegría deberíamos preguntarnos, ¿qué me motiva a
hacer lo que hago? Todo lo que hacemos es por algo..., pero sobre todo para
satisfacer estar cómodos, contentos y sintiendo el regalo de estar en esta
existencia tan generosa y diversa de posibilidades. En esta existencia donde
hacemos realidad cada una de nuestras ilusiones y sueños. Esa es la Magia de
esta vida, hacer lo que queremos, cueste lo que cueste, lo posible... ¿por qué
no?
Los que no entienden que la existencia, es
un tránsito efímero, se aferran a su rutina e inercia heredada y, esperan que
todo suceda alguna vez…, quizá por fortuna. Pero, querida, no olvides que lo
mejor siempre es gratuito: lo que miras, lo que aceptas, lo que valoras con tu
atención. La observación y la elección es la tuya. Las emociones siempre vienen
de nosotros mismos. La felicidad es una sensación que no podemos comprender,
pero la sentimos y la manifiéstanos con todo nuestro ser.
La vida es un regalo, pero que pocas veces
aceptamos, siempre encontramos algún pero..., eso es un esfuerzo que nos
pertenece y tenemos que hacer, aceptarnos. El sediento, siempre tendrá que
buscar el agua que calmará su sed. La inteligencia, siempre nos ayudará a
buscarla, allí donde esta..., la fuente.
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