domingo, 26 de febrero de 2012

El sentimiento, el pensamiento y la palabra


Nuestro orden natural es el sentimiento, el pensamiento y la palabra; mientras que por la inercia de las cosas, el proceso que hemos aceptado, que utilizamos normalmente los seres humanos es justo el contrario; palabra, pensamiento, sentimiento.

Con el sentimiento, cuando sientes, puedes tener tus propios pensamientos y por ello decir tus propias palabras; pero si lees o escuchas palabras o absorbes, ideas de otros, tendrás pensamientos que no son tuyos y que no te darán el sentimiento que los originó. A esto se le llama ingeniería inversa.
Hablamos con palabras, nos hablan con palabras y el poder que ejercen sobre nosotros, el poder que les hemos concedido es ilimitado…, tanto que copiamos esas palabras y las volvemos a plasmar como algo obligado y concreto; cuando deberíamos tener en cuenta el sentimiento, lo que sentimos, lo que nos comunican emocionalmente ¿Hay un sentimiento de agrado dentro de nosotros cuando lo escuchamos? La corriente que puede sentir un ser humano puede ser la gloria, o puede ser el desconcierto o un tormento. Nuestra mente, con todos esos procesos, sus especulaciones mentales enloquecidas, no nos dejan sentir algo equitativo, nos alejamos del sentir sereno. Le damos tanto a ese poder, que interfiere entre nosotros mismo y ese gusto de comunicarnos algo concerniente con la conciencia. 
¿Estás contenta? espero que mucho. Esto debería ser nuestra primera motivación desde que nos levantamos, sino todo pierde sentido y entusiasmo.
Hace poco estuve en Méjico, en Chiapas, en una población llamada San Juan de Chamula. La vida es muy elemental según como lo entiendo yo. La gente no les importa tanto lo que tienen o van hacer como si están bien, si están contentos cuando se ven o se encuentran. Les importa sobre todas las cosas y su actividad, su estado de ánimo.  
La vida es la posibilidad para desarrollar todo lo que necesitamos y anhelamos para encontrarnos bien, en un lugar correcto. Sin encontrar la alegría deberíamos preguntarnos, ¿qué me motiva a hacer lo que hago? Todo lo que hacemos es por algo..., pero sobre todo para satisfacer estar cómodos, contentos y sintiendo el regalo de estar en esta existencia tan generosa y diversa de posibilidades. En esta existencia donde hacemos realidad cada una de nuestras ilusiones y sueños. Esa es la Magia de esta vida, hacer lo que queremos, cueste lo que cueste, lo posible... ¿por qué no?
Los que no entienden que la existencia, es un tránsito efímero, se aferran a su rutina e inercia heredada y, esperan que todo suceda alguna vez…, quizá por fortuna. Pero, querida, no olvides que lo mejor siempre es gratuito: lo que miras, lo que aceptas, lo que valoras con tu atención. La observación y la elección es la tuya. Las emociones siempre vienen de nosotros mismos. La felicidad es una sensación que no podemos comprender, pero la sentimos y la manifiéstanos con todo nuestro ser.
La vida es un regalo, pero que pocas veces aceptamos, siempre encontramos algún pero..., eso es un esfuerzo que nos pertenece y tenemos que hacer, aceptarnos. El sediento, siempre tendrá que buscar el agua que calmará su sed. La inteligencia, siempre nos ayudará a buscarla, allí donde esta..., la fuente.

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