San Juan de Chamula, es la mayor
comunidad de mayas en Chiapas, está localizada a 10 Km. de San Cristóbal de las
Casas en el estado de Chiapas en el sur de México. Nos dirigimos allí por una
carretera tortuosa de montaña, un guía muy especial y aunque totalmente
identificado con la vida y costumbres mayas, tiene un aspecto de origen europeo/alemán
alto y espigado, de ojos azules, nacido en San Cristóbal de las Casas y es uno
más, vestido con aspecto de explorador con pelo largo rubio sujeto en una
coleta y sobre puesto un sombrero de fieltro vaquero, sus padres, alemanes,
eran amantes de esta cultura y de jóvenes se trasladaron aquí, para desarrollar
sus inquietudes culturales. Se le nota amante y comprometido con los mayas y
siente su inquietud reivindicadora como uno de ellos. Eso hace que mi interés
crezca y le hago algunas que él me responde con desenfado y compromiso con la
que considera su tierra y eso me encanta, estimula extraordinariamente esta
excursión cultural. Chamula es una ciudad de alta montaña tradicional y
habitada por los Tzotziles que hablan Tzotzil, lenguaje de la familia Maya, el
pueblo goza de una autonomía original y única en lo que es el Estado de Méjico,
lo cual quiere decir que el Gobierno Mexicano debe pedir permiso para
inmiscuirse en los asuntos del pueblo, ninguna policía estatal o militar pueden
entrar en el pueblo.
Los Chamulas tienen su propia
policía, la cual es evidente durante los festivales anuales. Tienen una
estructura religiosa y social muy rígida, siguen la religión católica con
influencias primitivas muy fuertes, llama la atención las prácticas que hacen
devocionales; hablan en tzotzil con sus divinidades en alto explicando su
situación, necesidades y peticiones con perfiles religiosos mayas
tradicionales. El sonido de los himnos católicos que suenan en pequeños
estéreos se mezcla con las voces suaves de las plegarias y cantos Mayas, los
que asisten a estos actos religiosos son chamanes vestidos con una piel de
cabra negra ancestral negra y utilizan los refrescos internacionalizados como
Coca-Cola, Fanta u otro tipo de refresco para sus abluciones, depuraciones, son
consideradas bebidas sagradas porque les ayuda a desenredar sus molestias estomacales.
El piso tiene una cubierta de ramas y hojas, sobre las que andamos, que
recuerda su hábitat atávico: el bosque. A los Santos les tienen encerrados en
cajas vitrina como aislados. Parece ser que hubo un incendio quemándose parte
de la Iglesia y como no actuaron diligentemente les tienen así como correctivo o
expiación; todo el entorno de ellos está cubierto de cientos de velas
encendidas y goteando la cera al piso el olor es intenso a cera y humo que
viene de ellas, con un sonido continuo y lastimero que te estremece de las
muchas conversaciones de los fieles separadamente con su grupo familiar en el
templo.
Solamente los chamulas puede
vivir en la aldea y si un chamula se convierte a otra religión o, no sigue las
normas de la aldea, es expulsado de ella, no pudiendo volver nunca más. Los chamulas
practican la endogamia y por lo tanto, se prohíbe la unión con cualquier
persona del exterior de San Juan de Chamula, incluso con los mayas del vecino
Zinacantán. Un hecho interesante es que la Coca-Cola y Pepsi está substituyendo
el pox una clase de ron que fue consumido y se utilizó como ofrecimiento
religioso. El Día de San Juan, la ciudad consume más de 100.000 Coca-Colas, casi
tres por persona.
Los productos agrícolas que
obtienen de sus cultivos principales son el maíz, habas, patatas y coles. La
aldea está en un sentido económico relativamente bien abastecida para un pueblo
en uno de los estados más pobres. Las Mujeres hacen a menudo ropa, mantas y los
recuerdos tradicionales con los telares de cintura que exige mucha técnica y oficio.
Las mujeres de Chamula se levantan pronto se arreglan y con sus cantaros
coloreados van a por el agua a cierta distancia en casos de uno o dos kilómetros, luego al volver, siguen
con la tarea de amasar las diferentes harinas de maíz para hacer las tortillas,
que con los frijoles o enchiladas son su alimentación básica. Luego es cuando
empieza la tarea de tejer y hacer los trabajos artesanales. Estuve en una de
esas casas que te acogen para que veas en presencia toda su actividad y pruebes
su dieta. Fue una bonita experiencia y pude ver que toda esa actividad
agotadora para el observador para ellas es lo que toca y lo afrontan con una
sonrisa y su dedicación aceptada con gusto y gracia. Se sintieron muy halagadas
de nuestra complacencia en alimentarnos y apreciar sus tortitas de maíz blanco,
rojo y negro con las enchiladas y verduras con frijoles. En San Cristóbal de
Las Casas o en el mercado semanal de Chamula, es otra cosa, pidiendo regalos o
limosna pueden ser agresivos y muy pesados por insistencia porfiada. Juanita es una chapateca amable y siempre dispuesta a enseñarnos como trabajaba, que cosas hacía, nos explico mientras hacía el fuego de leña sobre el suelo y ponía una estructura metálica para poner las ollas de arcilla en las que cocía los alimentos. Nos contaba que su máxima preocupación y empeño era en estar contentos y agradecidos por la vida. Era tanto así que el primer saludo de la mañana para sus vecinos era si estaban contentos si estaban bien, el resto es secundario y es su labor. Su sociedad da como valor el estado de bienestar ante las cosas materiales, en las que logicamente se ocupan y llenan las plazas y calles con su artesanía y subsisten con solvencia, aunque muy humildemente sus trajes tienen un colorido y trabajo de tejido y bordado sobresaliente.
La iglesia de San Juan Bautista es fascinante,
extraña y a la vez embelesa su magia. Te llena, como visitante, de calma hipnotizada
solo estar en este lugar sagrado. En el exterior es blanca con mariposas y
flores en colores pastel. Tuvimos la ocasión de ver cómo estaban limpiando y pintando
parte de la fachada con una plataforma y poleas sujetas en la torre, auto
elevadas por el propio artesano que llamaba la atención por su primitivo recurso.
En la iglesia la luz brilla intensamente por millares de velas y se llena de
olor dulce pesado del incienso y de las agujas de pino que cubren el piso. En sus
rituales, las gallinas se utilizan para limpiar a las mujeres y los gallos para
los varones. Los refrescos y el pox se beben y se oyen los eructos que crean y se
cree que sirve para expeler malos espíritus. Es el lugar más significativo para
la comunidad y está poco conectada con la diócesis. Los sacerdotes generalmente
no son mayas, pueden ser vistos realizar misas católicas en una esquina de la
iglesia, mientras que el resto de la iglesia es utilizada por los chamulas para
sus propios rituales. La fotografía se prohíbe claramente. Cualquier tentativa
te expone a una reacción extremadamente censurada de los devotos. La explicación nos la fue
dando el guía por el camino y aunque él está constantemente visitando el pueblo
y respeta esa cultura es un forastero. Nos explica que creen que las
fotografías se llevan una parte de su fisionomía y roban su alma y luego los
santos en el más allá no les reconocerán. Sin embargo, los chamulas dan
respuestas más comunes, como que tomar fotografías interfiere con los actos
religiosos y hace que la gente se siente como si estuvieran en un espectáculo.
Fue una expresión más de esa variación de creencias y costumbres culturales que
nos caracterizan e identifican a un pueblo y una colectividad humana.
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