En algún momento hemos sentido y visto nuestras inseguridades en los demás y, sino las hemos querido reconocer, ha sido por mantener a flote nuestra autoestima, obstinados y firme en una idea o intención personal; hay un efecto espejo pero creo que no queremos vernos afectados la mayoría de las veces y, sin embargo, yo lo hice, viendo lo que pasaba a muchos me pude ver reflejado y aprendí a ser tolerante y consecuente conmigo mismo. Me di cuenta que por orgullo me equivocaba y veía que entonces tendría que aceptar algún cambio. Alguien me lo explico y como, para sostenernos hacemos grupos existenciales: unos son aquellos que les suceden las cosas importantes; otros los que han nacido para trabajar y resignarse, la mayoría para observar como pasan las cosas a los demás y verlo como un serial cargado de emociones que nos entretienen.
La televisión lo sabe y ha creado, para mi gusto, aunque no les sigo ni me interesan esos espacios; hay demasiados realities, series netflix y concursos, somos afectados por todo esto y parece todo ¡tan extraordinario! ¡tan mágico! ¡tan emotivo! que nuestro drama humano se diluye. No consideramos la posibilidad de que todo esto es virtual y está preparado para eso; no tratamos de cambiar y mejorar lo que nos afecta de verdad, creyendo que es demasiado tarde. Es algo así como que se nos irá cada posibilidad de ser tal como somos dentro de lo que es posible. No nos importa ser reales y ser tal como somos para nosotros y los demás salvando errores ¿podemos dormir? cada vez se acepta más dormir menos y mal.
Lo que nosotros no hemos sido capaces de alterar o transformar acabaremos terminado achacándoselo y culpando a los demás. ¿Cómo solucionaremos nuestra situación? Pues con la crítica señalando a otros como culpables y, ¿cuestionamos nuestra posición? está claro que no. Pero también no dejaremos de arrepentirnos y habrá un cierto sentimiento de desprecio a nosotros mismos o, también alardearemos de que los tiempos son distintos. La resignación en realidad enmascara lo pequeños que nos sentimos por dentro. Siempre nos consideramos humanos por eso, nuestras debilidades y nuestros errores; nunca por el tesón de realizar lo que anhelamos, que se alcanza cuando se persevera y esfuerza; por la bondad y la honestidad de ayudar a salir de las dificultades propias y ajenas. Si hay alguna persona que vemos distinta y nos parece que ha sabido mejorar su posición personal; siempre pensaremos que tuvo mejores posibilidades y que la suerte tuvo mucho que ver, sin importarnos en realidad como lo hizo o, su esfuerzo o constancia propia.
Me viene a la memoria la picardía o estratagema que una chica con la que salía, en aquella época, y que había empleado con una amiga suya que optaban a un vestido que las gustaba a ambas. La oponente era muy atractiva famosa y coqueta; se lo probó primero y vio que la gustaba y se sentía favorecía y cómo la veía que se quedaría con el, era un mono que entonces estaban de moda, para chicas adultas y modernas. Como también la gustaba a mi amiga y veía perdida su opción, la dijo: es precioso, está muy bien, pero te engorda un poco, es para alguien más fina y enjuta. Entonces rápidamente le desechó de él y como mi amiga era bastante delgada se lo cedió y le justificó: seguro que a ti te sentara mejor que eres una sílfide. Así me lo contaba mientras se reía burlona y satisfecha de embaucar a esta señorita ¡tan a gusto! yo me lo creía era así de astuta y aguda. Me lo contaba porque la había dicho que estaba muy guapa con aquel mono rosa y la daba un aire de elegancia.
Esto nos dice a la vez algo, hay que ser cauto y, a la vez críticos, antes de llegar a creer que los demás las cosas les pueden sentar mejor; hay que reflexionar y ver nuestras posibilidades, no todos, los otros, lo hacen todo mejor hay que gestionar cada situación y pensar en nuestras posibilidades.
¿No tiene nuestra actitud algo que ver con la manifestación de una grave inseguridad? Es muy probable que así sea, y también, es posible que te de lo mismo. Al fin de cuentas nuestra vida ya está encaminada y hecha..., pero el ánimo y la decisión cuenta para mejorar cada situación personal. No todas las decepciones se revelan y sienten de la misma manera, y nos hacen sentir sumisos y pacientes. Todo puede compensarse y buscar que el refuerzo se compense sin temer que el rechazo de otros o, sentir la aceptación del entorno. Nosotros sabemos si ha llegado el punto de ser algo excesivo. No debemos caer en tener que desarrollar estrategias, más o menos conscientes, que aparentan un exceso de generosidad, la generosidad es una cualidad que siempre nos eleva y ayuda a aceptar nuestras posibilidades.
Sí, en muchas ocasiones, hay personas inestables que intentan camuflar esta particularidad a partir de una apariencia estupenda, un tono de voz regular y homogéneo en exceso haciendo un gran esfuerzo de firmeza y que no se note nuestra decadencia. Hasta el punto de hacer parecer hacer verdad y aceptar una gran mentira. Hay un refrán castellano que nos desenmascara muy ciertamente: dime de qué presumes y te diré de qué careces. Esto esboza esos casos en los que una persona se atribuye una cualidad, pero no tarda en dar señales que las reacciones contradicen eso mismo que se manifiesta.
Lo he dicho muchas veces, en mi casa siempre mantuvimos que mi madre estuvo muy acompañada por todos nosotros y ella en sus últimos momentos me decía: ¡que sola he estado toda la vida! ¡qué poco sé de mí misma! a mí esto no me causo ninguna sorpresa; siempre la vi como una mujer excepcional y generosa, mucho siempre estaba en plena disponibilidad y, sin embargo siempre vi la renuncia a sí misma; siempre sirvió lo mismo para un roto que un descosido. Me sorprendió que se diera cuenta tan tarde.
Un estudio que leí publicado en una revista de Sociedad mostraba cómo la visibilidad excesiva de la vida en pareja podía enmascarar en realidad un desgaste de la relación. Y, se ve cierta desatención y falta de un estilo de avenencia, si, se ve claro que hemos sido educados bajo un estilo de pertenencia y de seguridad en la unión, pero se visibiliza nuestra relación admisible y tratando de hacerla soportable. La conclusión del estudio es que las personas que tienen esa actividad de manifestaciones mayoritariamente fueron criados bajo un estilo que necesitan esa seguridad que tuvieron de pequeños. Ahora, si quieres dártela de adultos, es una decisión personal.
Yo, siempre estaré por construir una vida propia, cada individuo tiene una necesidad de sentirse pleno y puede lograrse, no esperando que sean los demás quienes puedan hacerlo, sino cada uno mirando hacia uno mismo y adentro de cada situación en grupo; establecer una prioridad y el contacto con nuestro anhelo de ser como somos y cubrir nuestro destino. No el que nos asignan o permiten por esas normas no escritas sociales y costumbres.
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